miércoles, noviembre 29, 2006

"Tele-CAE"



Afrontar nuevos desafíos, es lo que depara el futuro de los medios televisivos de señal abierta. El asunto esta claro, el paradigma actual de comunicación está arrasando con la identidad cultural de las personas, y muchos ya estamos hartos de la homogenización y los modelos impuestos por los productos extranjeros.

No se trata de una visión radical, pues a un nivel equilibrado, el intercambio de productos audiovisuales, sin duda, será benefactor, pero lamentablemente no es lo que ocurre en nuestra pantalla. Vemos que productores, directores, creativos, actores y animadores, están entrampados en este mismo sistema. Y la culpa no es de los recursos, al menos no en estos tiempos donde la tecnología e implementación están a la mano. Un pequeño ejemplo es la televisión regional, que con gran esfuerzo y creatividad sacan adelante sus producciones de gran potencia en cuanto a identidad respecta, y con los escasos recursos que suele tener por presupuesto.

Si volvemos a los principios de la televisión; esa mágica iniciativa de un grupo de jóvenes con gran inquietud por hacer cosas nuevas, y que revoluciono a los medios masivos de la época, en sus principios fundamentales tenía como premisa ser; educativa, informativa, entretenida y comunitaria. Podemos observar a simple vista, la ahora nefasta degeneración de éste género.

Es cierto, no todo está mal, existen programas y temáticas que logran representatividad cultural y además entretienen, tal es el caso de los programas catalogados como “Bicentenario”, donde se intenta reivindicar al ciudadano y su humanidad, lo que sin duda algunas, es “el verdadero patrimonio”.

Con respecto a los auspiciadores, esos “prostituidos mecenas” de la industrialización, quienes tienen gran responsabilidad dentro de ésta televisión de burdel barato, donde lo primordial pasa por mostrar y usufructuar, con los cuerpos de las “personas”, que capitalizan este bien tan personal y preciado.

Si bien el ánimo de este texto es informar, quisiera abordar el área con datos que nos hicieran reflexionar un poco acerca de lo que hoy mueve a nuestro medio televisivo, y de ésta forma, obtener visiones de futuro.

En el 2001 el ácido y escéptico maestro Jorge Tellier, dijo: “Lo respetable del pasado es en un sentido de arraigo. Ahora hay un sentido de renovación, no vivimos en un mundo concéntrico, sino es expansión, se va perdiendo el centro. Tú en la aldea sabes cuál es tu centro, en el mundo actual ya no sabes”.

¿Quiénes somos según la televisión?, a mi parecer es una pregunta abrumante, pues, no hay una verdadera representación en la mayoría de la oferta audiovisual masiva de hoy. Claro esta que el “chiflado de la plaza”, ni el auxiliar de supermercado, están representados, a no ser que un guión busque tildar de “pintoresco”. Nosotros, los habitantes comunes de esta urbe, no tan solo somos farándula, ni personajes pintorescos llenos de aliteraciones en el lenguaje. Hey señores dueños de los medios: Somos 15.116.435 de chilenos, de los cuales 7.447.695 son hombres y 7.668.740 son mujeres, según el último censo realizado en nuestro país el año 2002. Si no mal recuerdo era platón quien decía: “Cada ser es único e irrepetible”. Entonces estimados señores mandamases: hagamos un esfuerzo por entregar mayor diversidad a las pautas programáticas.

Según la UNESCO, se habla de cultura como las maneras de vivir juntos, tomando en cuenta todas las expresiones en que se manifiesta la convivencia: las imágenes, las ideas, los valores, las prácticas que desarrolla una sociedad y los segmentos de ésta.

La invitación entonces, es como se planteaba al comienzo del texto: “afrontar nuevos desafíos”, e intentar representar la mayor pluralidad posible de televidentes, y sus culturas. Y por supuesto, intentar detener la entropía de las fusiones en que los grandes se comen a los chicos.


Por Daniel j Henríquez