Poderoso caballero es Don Dinero
Cuanto tienes es cuanto vales es una frase conocida por muchos de nosotros, la hemos oído en canciones, en frases de sobre mesa o simplemente escabulléndonos en una conversación de micro. Otra de aquellas retoricas acerca de las posesiones materiales, y por cierto completamente distinta, es que el dinero no hace la felicidad, aún que otros reafirman que la compra hecha.
De una forma u otra todos necesitamos tener algún tipo de affaire con aquel poderoso caballero: Don dinero. Pero la desigualdad entre quienes están prácticamente casados con él y otros que a duras no alcanzan ni para amante escondido, tienen que hacerse de tripas (vacías) corazón. Hace algún tiempo se abrió el debate nacional que subyacía al valor dispar entre los felices amantes que abrazan diariamente a Don dinero, y los que le ven tan solo por televisión haciéndose de él como su amor platónico. Acá, entre las relaciones quebradas de un extremo a otro en cuanto a la realidad económica del país, surge la figura de un tal monseñor, Alejandro Goic le llaman, y viene a ser quien quiere “Goicotear” tal desigualdad. Este curita, quiere curar (y no con vino de misa) la aletargada relación de la disparidad de los sueldos o al menos eso intento.
Más allá de las palabras, la realidad no alcanza como para ir en apoyo monetario de las familias de más escasos recursos del país, que por lo demás ocasionaría una violenta crisis inflacionaria, lo que solemos llamar “pan para hoy hambre para mañana” Donde está entonces la solución verdadera a desamor del esquivo y caprichoso don dinero. Veámoslo de esta forma, la inversión no es gasto: la educación es fundamental para el desarrollo del país, la verdadera educación, única herramienta que nos sacará de la ignorancia para que hagan y deshagan con nosotros, que nos den esperanzas y luego se olviden por completo como de ocurrió con el importante tema del sueldo ético, que no paso de ser una mera artimaña mediática, pasando de ético a patético.
